viernes, 30 de marzo de 2012

Poema Nº 3 (+-1994)

El árbol que veo desde mi ventana
tiene el viento concentrado en sus hojas.

Amanece quieto al amanecer
y atardece inquieto con el atardecer.

Revuelve el silencio a veces
y es ahí cuando hace callar el mundo.

Tantos momentos te debo árbol
en donde me has regalado tu paz bailarina
tan anónimo como un trozo de aire
¿ será eso lo que refleja a Dios en tu silueta ambarina?.

El árbol que veo desde mi ventana
lleva el viento cortado en su sabia
viento de mar sin explotar
de aguas fieles que no conocen de traición
y viento de cumbres sin montar
de rocas geométricamente puras
como sentimientos de excepción.


El árbol que veo desde mi ventana
ha puesto sus raíces en mí
y me dice lo mismo todos los días
que si uno es lo que realmente es
se vuelve parte del sol que toma en las tardes
y que sujeta por los hombros frente a sí
fundiéndose irremediablemente al todo
desbordando vida de cualquier modo
fluyendo como lava de rojo carmesí.

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